
Los dispositivos de rastreo del tamaño de una moneda creados por Apple son de gran ayuda para localizar llaves, billeteras o incluso maletas cuando viajas en vuelos largos.
Sin embargo, su reducido tamaño, que los hace fáciles de ocultar, junto con sus capacidades de rastreo, los convierte en herramientas muy explotables por abusadores.
El acoso con AirTag ocurre cuando alguien coloca en secreto uno de estos dispositivos entre tus pertenencias personales —en el coche, el bolso o la mochila— para rastrear tu ubicación sin consentimiento.
Aunque Apple incorporó funciones antiacoso, ya se han reportado casos de uso indebido en todo el mundo, generando preocupación por la privacidad y la seguridad.
El mal uso de la tecnología de rastreo no es nuevo. Según ITV News, el uso de rastreadores GPS en casos de control coercitivo y acoso aumentó un 317% entre 2018 y 2023, pasando de 52 a 217 casos.
Aunque la cifra pueda parecer baja, muchas víctimas ni siquiera son conscientes de que están siendo rastreadas, y otras tienen miedo de denunciarlo a la policía.
Los AirTag utilizan la red Find My de Apple, que depende de los iPhones y otros dispositivos Apple cercanos para actualizar la ubicación. Esto significa que un AirTag puede informar de su posición casi en cualquier lugar, facilitando el rastreo a los acosadores.
Escenarios comunes:
Los dispositivos Apple (iPhone, iPad) están diseñados para detectar AirTags desconocidos que se mueven contigo y enviar una alerta: “Llevas un AirTag encima”

Otras señales de alerta:
Los usuarios de Android también pueden detectar AirTags, pero necesitan instalar la app Tracker Detect.

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Alina is a history buff passionate about cybersecurity and anything sci-fi, advocating Bitdefender technologies and solutions. She spends most of her time between her two feline friends and traveling.
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